El vivero

“Porque intentar de explicar los milagros a los niño y niñas cuando puedes plantar un jardín”
Robert Brault
A los niños y niñas el cultivar, cosechar, preparar y compartir la comida que ellos y ellas mismas han cuidado, les motiva a probar nuevos alimentos. De este modo, vamos construyendo hábitos alimenticios más sanos; mejorando y fortaleciendo su relación con la alimentación, la comunidad, el medio ambiente y con su cuerpo.
La construcción de nuestro primer vivero
El programa “Del huerto a la cocina”, consiste en desarrollar una educación placentera alrededor de la comida. Quienes participan desarrollan nuevos conocimientos basados en experiencias reales en el huerto y la cocina. Aprendizajes como son las ciencias de la vida, la tierra, aritmética, lengua y relaciones humanas.
Nuestro primer vivero
De esta manera se brindan herramientas muy poderosas a los procesos de aprendizaje a largo plazo, ya que, a través de la adquisición de capacidades para la toma de decisiones pensadas y reflexionadas en torno a la comida, mejora la salud y bienestar emocional. Y esto nos conduce, gradualmente, a la mejora de la salud comunitaria.