Una filosofía que le da sentido a la vida
El amor cuida.
Los niños, niñas y jóvenes que usa La Casa de Las Flores, han sido quienes le han dado forma a La Casa de las Flores y a los servicios que ofrecemos. Estamos conscientes que no tenemos la cura para el mal que les aqueja y que pone sus vidas en peligro, pero nuestra determinación es brindarles tantas herramientas nos sean posible de darles en el corto plazo que son niños.
El camino para muchos y muchas es muy largo, la mayoría emprenderán el viaje de la migración, sea al norte del país, a las ciudades grandes o centros turísticos alrededor de los 14 años cuando culturalmente ya son considerados hombres y mujeres. Pero a los 14 años todavía son unos niños y niñas, y no tienen nada que perder.
Por eso la esperanza es vital para La Casa de Las Flores, y el sentido de que pertenecemos estando cerca o lejos, porque muchas veces eso es lo que puede hacer la diferencia entre vivir o morir, entre tomar decisiones más sanas o no, entre una buena salud mental o la falta de ella.
Construimos una conciencia crítica y reflexiva derivada de las diferentes actividades que se desarrollan dentro de una casa normal, cooperamos, nos cuidamos, nos amamos, y sumamos los saberes personales para transformarlos en saberes colectivos. Somos seres independientes y vulnerables.